Estudiante de la FCV, quien representó a la UNICEN en el Mundial Universitario de Rugby Seven que se desarrolló en Aix en Provence (Francia), nos cuenta su experiencia.
“Se puede hacer todo, se puede cursar, se puede hacer deporte y se puede salir a divertirse mientras sepas manejar los tiempos, mientras sepas también cuándo decirle que no a algunas cosas y priorizar otras”
Patricio Bustamante Echarte, estudiante de la FCV, quien representó a la UNICEN en el Mundial Universitario de Rugby seven que se desarrolló en Aix en Provence (Francia), nos cuenta su experiencia.
Patricio es oriundo de Balcarce y actualmente se encuentra cursando el último año de la carrera de Medicina Veterinaria, pronto a comenzar a cursar la orientación en producción de grandes animales. “Mi familia no está muy ligada al campo, pero desde chico acompañé a un par de amigos de mi viejo o a algún tío que se dedican a la producción y me gustó; empecé a salir con veterinarios de padres de amigos y cada día me empezó a gustar más. Cuando tuve que decidir la carrera que seguiría, ya lo tenía bastante claro y Tandil fue la opción por cercanía, porque me gustaba y, además, porque sabía que me podía permitir practicar el deporte durante la carrera”, nos comenta.
En relación con el deporte, nos explica que, si bien le gustaban varios, terminó eligiendo el rugby a los 10-11 años cuando arrancó a jugar en Balcarce en Campo de Pato. Cuando vino a estudiar a Tandil, eligió el club Los Cardos, donde jugó ininterrumpidamente. En cuanto al rugby universitario, formó parte del equipo de la FCV en todas las Olimpíadas Interfacultades.
¿Cómo fue el camino para llegar a integrar la selección argentina que participó en el Mundial Universitario de Rugby en junio del presente año?
-Durante el año 2023, fuimos citados para conformar el equipo de rugby de la UNICEN que participó en los Juegos Universitarios Argentinos (JUAR) disputados en la ciudad de Paraná entre los días 10 y 14 de septiembre. En este torneo, jugamos contra diferentes Universidades y logramos el primer puesto en la disciplina de rugby seven. A partir de estos resultados, los entrenadores del equipo nacional -los Choiques-, nos citaron en una primera instancia a cuatro jugadores de la UNICEN, y luego, por distintas circunstancias, quedamos dos, Ignacio “Nacho” Migliore (de la facultad de Ciencias Económicas) y yo.
En cuanto a la conformación del equipo nacional universitario que viajó a Francia, comentó que estuvo integrado por 12 estudiantes de entre 19 y 25 años provenientes de distintas Universidades del país.
Se inicia el sueño de la competición, ¿cómo fueron los primeros tramos de la convivencia con el resto de los estudiantes que conformaron el equipo?
-En La Plata nos reunimos por primera vez los 12 que viajamos, nunca habíamos estado juntos. Allí estuvimos tres días concentrados y entrenamos antes de viajar a España y en esos entrenamientos pudimos reforzar mucho el grupo. La verdad es que el grupo de pibes que se armó, si lo hubiera pedido, no hubiera podido ser mejor -reflexionó Patricio-.
Estuvimos en Madrid también tres días, entrenando mucho, un tanto complicados porque era pleno verano y la temperatura era de alrededor de 35 grados. Era bravísimo, pero bueno, tratábamos de entrenar bien temprano en la mañana, al mediodía ir al gimnasio y a la tardecita entrenar de nuevo, como para no sufrir tanto el calor.
Habíamos conseguido, por medio de uno de los entrenadores, dormir en la Universidad Complutense de Madrid, en sus dormis, era pensión completa y relativamente barato. De allí nos fuimos para Aix en Provence, un pueblito del sur de Francia, que es donde se realizó el torneo.
Ya en Aix en Provence: sede del Campeonato Mundial Universitario de Rugby Seven 2024.
-En ese pueblo estuvimos siete días. Allí nos quedamos en un hotel que nos asignó la organización, (pero igualmente lo pagamos nosotros). El primer día descansamos, el segundo entrenamos, el tercero fue el día de la inauguración y ya el cuarto arrancamos a jugar. Compartimos el hotel con el equipo de Chile y con los equipos españoles (femenino y masculino), probablemente porque éramos todos los que hablábamos en español. Otros equipos estaban en diferentes hoteles dado que el pueblo es pequeño y no había lugar para que todos los deportistas estuviéramos juntos. Nos iban a buscar en colectivos, teníamos todas las comidas incluidas y disponíamos todo el tiempo de fruta, café y agua. La verdad, muy bien organizado -recuerda-.
En referencia a la competencia en sí, ¿ Qué nos podés contar?
-Había delegaciones masculinas de Sudáfrica, España, Australia, Francia, Chile, Singapur, India, Japón y Polonia, algunos países también presentaron equipos femeninos. Charlamos mucho con los chicos de Sudáfrica, a quienes les teníamos mucha fe que llegaran a la final, eran muy buenos, es más, hoy están compitiendo para entrar al equipo mayor de seven y hay cuatro que ya están adentro. Allí, el paso previo al profesionalismo es el universitario. Entonces, competir a ese nivel, se hace difícil comparado con lo que ocurre acá en Argentina donde no se le da tanta importancia como en otros países.
Y en cuanto al resultado, ¿cómo fue?
Salimos cuartos, muy bien. Estuvimos cerquita de que suene el himno en la final, pero finalmente el torneo lo ganó Francia que fue con quienes perdimos en semifinal. Fueron cuatro partidos en fase de grupos de los cuales ganamos los primeros tres, primero contra España, segundo contra Singapur y tercero contra Polonia. El cuarto, contra Sudáfrica, fue el que perdimos “ahí nomás, por 4 o 5 puntos” y la semifinal, la perdemos contra Francia. Después, en el partido por el tercer y cuarto puesto, nos gana, en tiempo extra, la selección de Japón, que venía de salir campeón en la última Olimpiada Universitaria, en Nápoles, en el año 2019.
¿Metiste un try? ¿Cuándo?
Sí, uno. Llegué con lo justo y es lindo, es lindo apoyar la pelota en el pasto. Encima fue en el partido por el tercer y cuarto puesto que veníamos perdiendo como por 10 puntos. Meter el try fue darle, creo, un poquito de aire, un poquito de ánimo. Me hubiera gustado festejarlo, pero no tenía aire, era como el minuto 10 y estábamos cansados…
Ser capitán.
-Tuve la suerte de ser capitán, me eligieron los entrenadores. Siempre es lindo, la verdad, ¡¡un orgullo gigante!! Es la primera vez que soy un capitán de un equipo, pero es lindo que te reconozcan y que por algo te elijan. A mí siempre me gustó darles una mano, ayudarlos en todas las concentraciones, tratando de aportar lo justo. Es una responsabilidad inmensa, pero es lindo asumirla. Por suerte, entre el grupo de jugadores siempre estuvimos de acuerdo en el 99% de las cosas, entonces no titubeaba en ningún momento para plantear dudas a los entrenadores o a los árbitros porque sabía que tenía 11 compañeros que me bancaban.Preparación y sentimientos.
¿Tomaste conciencia que estuviste en un seleccionado nacional, que te pusiste la celeste y blanca?
¡¡Qué sé yo!! Uno trata de caer y no sé si algún día terminás de caer, más cuando fueron 3 días y ya está. Se te pasa tan rápido que sí, qué sé yo, no sé si todavía caí”.
¿Sentiste que estabas bien preparado físicamente?
Sí, yo me sentí bien. Si bien es un nivel muy alto, con un ritmo y una exigencia altísima, veníamos entrenando mucho con “Nachito”, en el club y aparte, realizando entrenamientos extras con rutinas que nos habían mandado los entrenadores de Choiques.
En cuanto al apoyo que recibían desde Argentina nos comenta que le llegaban muchos mensajes cada vez que los partidos fueron televisados
Sí, sí, agarrar el teléfono y tener 70 - 80 mensajes de gente que me mandaba fotos mirando el teléfono, mirando la computadora o dejando de laburar para mirarme, fue muy importante”.
¿Algún recuerdo o anécdota que quieras compartir?
- Previo al partido contra Sudáfrica, ambos equipos estábamos parados en un pasillo, con mucha intensidad emocional y mucha adrenalina porque sabíamos que teníamos que definir cuál de los dos era cabeza de grupo. En ese momento, los sudafricanos empiezan a cantar una canción pidiéndole a Dios tener una buena guerra o salud o suerte y, como en ese caso, un buen partido. Es un momento muy especial, los sudafricanos cantándote acá, al oído, es algo que ni se imaginan lo que genera. Salimos con más ganas de jugar que nunca, y jugamos muy bien ese partido, tal es así que ellos nos dijeron que nosotros fuimos el equipo más físico, y está bueno que te lo digan ellos, que están mucho más entrenados, viven de eso, y refleja el esfuerzo que hicimos para estar a la altura de las circunstancias.
¿Para qué te sirve el deporte en el estudio?
-A mí me ayuda porque en el momento que me voy a entrenar me olvido si me fue mal en un examen, lo que tengo que estudiar mañana, lo que estudié hoy, me saca presiones y me voy a dormir por ahí con la cabeza más cansada, pero más tranquila y al otro día me dan ganas de arrancar de nuevo. Es una parte muy importante de mi vida que no sé si la negocio. El día que tenga que trabajar seguramente será un poco más complicado.
Consultado por su organización en cuanto a los tiempos dedicados al deporte y a la facultad, nos comenta: “se puede cursar, se puede hacer deporte y se puede salir a divertirse mientras sepas manejar los tiempos, sepas también cuándo decirle que no a algunas cosas y priorizar otras”.
Yo si no hago deporte no puedo estudiar, y más allá de lo que significa el entrenamiento, es importante el valor social que representa especialmente para “pibes que no somos de Tandil”.
