Javier con su grupo de trabajo en Australia.
La Facultad entiende la participación de los Tutores de Residencia como un factor trascendental para el crecimiento de nuestra unidad académica en general y de los estudiantes en particular.
En ese marco, Somos FCV entrevistó a Javier Mariano Irouleguy quién se desempeña como Tutor en dos orientaciones: Producción Animal y Sanidad Animal. Javier regresó recientemente de Australia donde desarrolló su especialidad que es la Transferencia Embrionaria en Bovinos, en el marco de lo que él define como un Programa de Intercambio Profesional.
Es el tercero de 4 hermanos (2 mujeres y 2 varones). Desde muy chico estuvo relacionado con el sector agropecuario dado que su padre trabajaba en una cabaña cercana a dicha localidad. En su tiempo libre, Javier acompañaba a su padre en sus quehaceres. El contacto con los animales hizo que, a temprana edad, definiera su vocación: quería ser Veterinario.
Las etapas educativas previas a su ingreso a la universidad transcurrieron en el sistema público, recuerda especialmente su paso por la Escuela Agrotécnica de su Juárez natal, un establecimiento pequeño en lo que respecta a número de alumnos que lo torna una extensión de la familia.
Somos FCV: ¿Cómo fue tu adaptación a la vida universitaria?
JMI: Suelo decir que, en general, soy una persona de suerte. El hecho de compartir mi etapa universitaria en Tandil con mis hermanas que estudiaban otras carreras, me facilitó las cosas. A eso se sumaba el hecho que, al ser Benito Juárez una ciudad cercana, tenía la posibilidad de visitar familiares y amigos con frecuencia. No obstante, recuerda que tuvo que esforzarse para adquirir nuevos hábitos de estudios.
Somos FCV: ¿Qué recuerdos tenés de tu paso por la facultad?
JMI: Es una etapa de nuestras vidas de la que generalmente los profesionales guardamos muy buenos recuerdos y yo no soy una excepción. Las redes sociales me permiten seguir en contacto con la mayoría de mis ex compañeros, con algunos comparto trabajos y con otros, solemos encontrarnos en Congresos. En ese marco, siempre hay espacio para anécdotas y recuerdos relacionados con el estudio y también con el esparcimiento (vuelven a nuestra memoria, las famosas fiestas de Veterinaria).
Durante la carrera comencé a sentir un interés especial por todo lo relacionado con la Producción Animal. Cada vez que tenía oportunidad de regresar a Benito Juárez, aprovechaba para hacer prácticas con un grupo de veterinarios que se dedicaba a la reproducción bovina. Esto, sumado a que hice mi Tesina sobre Transferencia Embrionaria, me permitió conocer a referentes de la actividad.
Javier con el docente Ignacio Simonetti, quien fue su primer Residente.
En relación con sus actividades como profesional y su formación continua nos comenta: “inmediatamente de recibido, tomé contacto con el Dr. Carlos Munar (Titular de la firma Munar y Asociados), empresa líder en Transferencia de Embriones que tiene sede en la ciudad de La Plata. Me contrataron y trabajé en dicha empresa durante 5 años. Recuerdo ese período como de un aprendizaje continuo que me permitió adquirir solidez en el manejo de la técnica. Desde 2014, trabajo como profesional independiente. Si bien mi actividad se centra fundamentalmente en la cabaña Tres Marías cercana a Benito Juárez puedo decir que, gracias a la Transferencia Embrionaria, conozco nuestro país de sur a norte y de este a oeste dado que he trabajado en 20 provincias. También tuve la oportunidad de desarrollar Programas de Transferencia Embrionaria en Uruguay y Brasil. En los primeros años de ejercicio de la profesión, realicé un curso de capacitación en España, contando para ello con apoyo económico de un laboratorio dedicado a la venta de insumos veterinarios. Años más tarde, invitado por el Prof. Dr. Giovanni Gnemmi, reconocido especialista italiano en Reproducción que visita frecuentemente nuestro país, tuve la oportunidad de disertar en el Congreso de la Sociedad Italiana de Transferencia Embrionaria donde asisten profesionales relacionados con la especialidad, provenientes de diferentes países europeos. También dicté un curso sobre mi especialidad en Ecuador”.
Somos FCV: ¿Qué te motivó a ser Tutor de Residencia?
JMI: Soy un agradecido de lo que la Facultad me brindó, no solamente en lo que respecta a formación e infraestructura, sino en cuanto a calidez humana. Cuando me lo propusieron, no dudé un instante en inscribirme. Considero que tengo la oportunidad de devolver, aunque sea mínimamente, algo de lo mucho que recibí. La figura del Tutor posibilita al estudiante establecer un nexo entre la vida universitaria y la vida profesional. Una de las primeras preocupaciones que tienen los estudiantes cuando llegan para comenzar la Residencia es qué van a hacer cuándo se reciban. En ese momento, trato de transmitirles mi experiencia, diciéndoles que cuanto más sólida sea su formación, más oportunidades tendrán de ser profesionales exitosos. En tal sentido, les hago hincapié en la conveniencia de hablar una segunda lengua, fundamentalmente el inglés. Eso les resultará imprescindible si planean perfeccionarse en el exterior. Si se quedan en el país, les permitirá acceder a bibliografía que les posibilite mantenerse actualizados. Hay que tener en cuenta que los avances tecnológicos son continuos y que ocurren a una gran velocidad.
Somos FCV: ¿Qué consejos les daría a nuestros estudiantes actuales?
JMI: Que aprovechen todas las oportunidades que se les presenten. Al momento del egreso son jóvenes y generalmente no tienen grandes compromisos familiares. Es un momento ideal para encarar nuevos desafíos. Por otro lado, les inculcó que es importante tener en cuenta que, si bien la Facultad nos dota de muchísimas herramientas, con eso solo no alcanza, por el contrario, es necesario desempeñarse con seriedad, ser responsable y actualizarse permanentemente.
Somos FCV: ¿Tenés algún hobby?
JMI: Si. Lo podría sintetizar diciendo que es estar permanentemente en contacto con la naturaleza. Desde muy chico me apasionaba ir de camping. Posteriormente tomé cursos formativos en la Escuela Argentina de Montaña, especialmente de Trekking y Escalada.
Posteriormente, comencé a “caminar la montaña” y tal vez desbordado por la ansiedad, a correrla. Eso me acercó al Trail Running (actividad que consiste en correr por senderos de montaña). Requiere tener un plan de entrenamiento acorde que nos permita terminar las carreras que generalmente se desarrollan los fines de semana para estar en condiciones de trabajar al día siguiente. He participado de competencias en Argentina y también en el exterior.
Es una actividad sumamente reconfortante. En mi caso, mientras entreno, generalmente voy escuchando algún podcast o diagramando en mi mente, presentaciones para cursos o capacitaciones que luego vuelco a la computadora.
Disfrutando de su hobby (Trail Running)
La experiencia en Australia
Somos FCV: ¿Qué podés contarnos de tu estadía en Australia?
JMI: Fue una experiencia sumamente enriquecedora. Yo la defino como de intercambio profesional porque si bien aporté mucho de mi experiencia en lo que respecta a Transferencia Embrionaria en donantes superovuladas, la empresa que me contrató es muy grande y desarrolla actividades en las que tuve oportunidad de capacitarme. Por ejemplo, tiene dos centros: uno de producción in vitro de embriones y otro, de inseminación artificial. Además, de trabajar con especialistas de esos centros, también viajé mucho para hacer revisaciones de toros que se utilizan en servicio natural. A diferencia de lo que ocurre en nuestro país, en Australia, a la totalidad de los toros que se utilizan en servicio natural, además del examen clínico-sanitario, se les efectúa evaluación de semen.
La empresa que me contrató presta servicios fundamentalmente en los estados de New South Wales y Queensland donde se concentra el 80% de la producción bovina australiana. Tuve la oportunidad de trabajar en más de 100 establecimientos de esa región. Si bien no hay diferencias sustanciales en cuanto a resultados, el volumen de trabajo es muy distinto. Recuerdo haber trabajado en los campos de una firma que tiene 1.200.000 Has donde hay 4500 vientres. En campos de esa firma, revisamos 400 toros, actividad que nos demandó una semana de trabajo.
El propietario de la empresa generalmente se desplaza por distintos campos en un motorhome grande, una mitad de ese vehículo funciona como laboratorio y la otra, como vivienda. Es un señor mayor, al que tuve la oportunidad de acompañar en más de una oportunidad. El dato de color es que cuando finalizaba nuestro trabajo y yo salía a entrenar Trail Running, él se sumaba.
En síntesis, fueron 9 meses de trabajo arduo que como se dice comúnmente “se me pasaron volando”.
Somos FCV: ¿Cómo sigue esta historia Javier?
JMI: Me encuentro en una disyuntiva. Por un lado, tengo el ofrecimiento de prolongar mi estadía en Australia por un tiempo más. Por otro lado, tengo compromisos con mis clientes de Argentina que debo respetar. Es una decisión que prontamente debo tomar.
Somos FCV: ¿Algo más que quieras agregar?
JMI: Independientemente de la decisión que tome, mantendré el vínculo que he establecido con estos profesionales que me han tratado de maravillas y que permanentemente generan desafíos laborales tanto en Australia como en el exterior. A manera de ejemplo, la empresa en sociedad con una universidad ha comprado un citómetro de flujo y se apresta a inseminar donantes con semen fresco, previo sexado. Por otro lado, desde Bielorusia, le han solicitado servicios de transferencia de embriones ovinos, vía laparoscópica.
Por último, como Tutor tengo un anhelo y es que mis futuros Residentes puedan aprovechar estas puertas que he tenido la suerte de dejar abiertas para hacer una experiencia similar.
Somos FCV: Ojalá se cumpla tu anhelo Javier. Si eso ocurre, sumarás un aporte más a la trascendental labor que desarrollan nuestros Tutores de Residencia.