Las actividades incluyeron dinámicas de juego, canciones y recursos visuales especialmente diseñados para niños de 2 a 5 años. A través de postas educativas, los más pequeños aprendieron sobre el cuidado de los animales, su lenguaje corporal y cómo prevenir accidentes. Estas instancias no solo fomentaron la educación en valores hacia los animales, sino que también fueron una oportunidad única de aprendizaje para los estudiantes universitarios.
El trabajo interdisciplinario entre veterinarias y docentes de inicial ha sido clave para enriquecer la experiencia tanto de los niños y niñas como de quienes integramos este proyecto. Permitió abordar los contenidos de manera integral, adaptándolos a las necesidades y realidades de cada grupo. Además, para los estudiantes de Veterinaria, participar en estas actividades representa una oportunidad invaluable para formarse como agentes multiplicadores dentro de la comunidad. A través del intercambio con las familias y el entorno escolar, ellos adquieren herramientas para comunicar mensajes clave, generando un impacto positivo y duradero más allá del aula universitaria.